La presidencia de la Cámara de Diputados es uno de los cargos más importante de la estructura polÃtica de Brasil. No solo por estar en la tercera lÃnea de sucesión sino también porque controla las mayorÃas y tiene la potestad de abrir procesos como el del juicio polÃtico.
Además, dada la fragmentación del sistema de partidos que impide la mayorÃa propia para quien gobierna, el jefatura de la Cámara Baja emerge de la articulación con el poderoso grupo llamado Centrao que aglutina a los partidos de centro y centroderecha que maneja la confirmación de las mayorÃas. Esto obliga a la negociación permanente.
Alguno nombres importantes de la última etapa son Eduardo Cunha que habilitó el juicio de destitución contra Dilma Rousseff y Rodrigo Maia, que evitó el mismo destino para Bolsonaro y pasó por el filtro buena parte de las iniciativas.
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En este tercer periodo de gobierno, Lula tiene que lidiar con Arthur Lira que transita su segundo mandato y fue clave para el sostén de Bolsonaro. Ahora, el lÃder brasileño tejió una alianza durante el primer año y que le permitió aprobar la reforma tributaria.
El clima actual se tensó y hace varias semanas se cruzan dardos, lo que pone en riesgo dos leyes claves relacionadas con la reforma tributaria.
El fondo de este pelea esta relacionados con dos cuestiones. Uno de ellos es la carrera por la sucesión de Lira en la Cámara de Diputados que se realizará en febrero de 2025 y será clave para definir la correlación de fuerzas en los últimos dos años de mandato de Lula.
El Partido de los Trabajadores no tiene margen para imponer un candidato propio pero Lula puede operar a favor o en contra de los intereses de Lira y eso aumenta la tensión. Si bien aún no hay nombres definidos para la disputa, el presidente de la Cámara de Diputados mantiene charlas con grupos pequeños y juega con los tiempos de los proyecto que el gobierno de Lula quiere tratar ahora.
Una fuente parlamentaria explicó a LPO que "hay varios partidos jugándose al mismo tiempo. La pelea por el control del Congreso es uno pero también las elecciones municipales donde los 5570 municipios eligen concejales y intendentes, jugadores claves de acá a dos años para elegir diputados nacionales y senadores".
Esta fuente insiste con que "quienes hacen la intermediación entre los candidatos, las comunidades y los punteros son los intendentes de ciudades chiquitas y concejales de ciudades medianas o grandes. Son punteros de lujo".
En ese marco, el motivo de la pelea de Lira con Lula y el ministro de Hacienda Fernando Haddad pasa por el armado de listas y asignaciones de fondos federales para los diputados de la base de apoyo a Lira que, a su vez, necesitan para garantizar fondos para sus candidatos.
El gobierno resiste el avance de proyectos que no le sirven para su modelo económico, ya que, buscan aprobar exenciones de impuestos o medidas similares que le sirven para las elecciones locales cuando Lula quiere orientar los recursos a la obra pública y las polÃticas sociales.
En efecto, esta puja demora la agenda parlamentaria que a este ritmo recién podrÃa reactivarse tras el receso parlamentario del 18 de julio y podrÃa prolongarse hasta la segunda mitad de año.
Consciente de esto, Lula retó a su vicepresidente Geraldo Alkcmin y al ministro de Hacienda Fernando Haddad a quienes instó a dialogar más con el Poder Legislativo.
Lula dijo: "Creo que tenemos que disfrutar haciendo esto, al que no le guste que no entre en polÃtica. Ahora bien, es importante que tengan claro que la polÃtica es el arte que nos permite vivir en la adversidad con personas con las que no estamos de acuerdo".
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"Esto significa que Alckmin tiene que ser más ágil y hablar más. Haddad, en lugar de leer un libro, tiene que perder unas horas hablando en el Senado, en la Cámara. Es difÃcil, pero no nos podemos quejar porque la polÃtica es exactamente asÃ. O lo haces asà o no entras en polÃtica", concluyó.
Una fuente con mucho diálogo con el primer anillo de confianza asegura que Lula delegó la negociación con el Congreso en sus ministros de confianza (además de Ackmin y Haddad, el Jefe de Gabinete Rui Costa y el ministro de Relaciones Institucionales Alexander Padilha) para dedicarse a la polÃtica internacional. "No le salió ni una cosa, ni la otra", lamenta.
"Lula es como el Riquelme de 2011 en Boca. Cada tanto una genialidad pero todos sabÃamos que no podÃa ganar solo y muchas veces no podÃa terminar los partidos", finalizó en una metáfora futbolera que devela su fanatismo por el fútbol argentino.
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